El apellido del escritor local más celebrado en términos mundiales está ahí, presente desde el primer instante. Y claro, a Los nietos de Borges la asociación con Jorge Luis no les molesta en absoluto. Y lejos de la victimización que muchos expresan al llevar un apellido notable, en el caso de esta banda toda asociación queda virtualmente aceptada, y por lo tanto legitimada.

Por: Fernando Saavedra

Pensados como la materialización de un universo donde vive la música junto a una teatral neurosis controlada, Los Nietos De Borges nacieron como banda bajo el auténtico deseo de exponer ciertas fragilidades, especialmente las más terrenales, las humanas, las habituales pero también de las otras. “Creo que todo se originó con un gran deseo por hacer de las fragilidades humanas una canción. Encontré en el teatro y la música, muchos lugares vacíos, muchas situaciones apretadas, no puedo explicarlo, pero lo que más me empezó a llamar la atención de estudiar arte, fueron los errores, lo que los errores dejaban ver.”. Quien explica el génesis de todo el proyecto es Félix Torre, un guitarrista, vocalista y sobrino nieto del escritor que junto a Julián López di Muro (trompeta y coros), Alf Ollúa (bajo y coros) y Aki Guerinau (batería y coros) orquestan y le dan forma a un proyecto que mucho tiene de lúdica geografía aeronáutica.

Como parte de una agenda que sostienen desde la década pasada, Los Nietos De Borges no paran de tocar. La excusa para no claudicar es presentar en 2016 a El Conejo de tu esperanza, un show que actúa como la última cara performática del grupo pero que también expone, a veces entre líneas, otras veces bien de manera directa, las ganas de un cuarteto por exponerse para develar otras aristas cuando se trata de contar historias. Y en ese aspecto, LNDB bien saben que lo de ellos pasa por contar historias.

¿Cómo nació este espectáculo basado en el Conejo de la suerte?

Felix Torre: El show está instaurado hace dos años. Hemos examinado cada paso, cada momento. Es verdaderamente un regocijo, un deleite repetir esta especie de misa de humor. Son tantos los juegos y recursos que han brotado de las imágenes que proponemos, porque un show nuestro es eso, un atmósfera de imágenes en movimiento, es como Alicia, pero nuestra Alicia que es un poco más peligrosa e intimidante.

Evidentemente sabían que el apellido Borges, sea en el contexto que sea, depararía atención.

FT: Los Nietos de Borges, es la suma de “el nieto de Borges” que soy yo, con el trabajo colectivo de la banda, con quienes compartí todos estos años mis composiciones y entre todos las orquestamos. Por otro lado, la razón de traer a cuenta mi parentesco tiene el objetivo insano de recordármelo a cada rato. Los nombres no son arbitrarios. Nada es un simple chiste. Creo que en la evolución de mi personalidad, era necesario que yo utilizara esta expresión, que es muy cargosa y casi que hace sangrar los oídos. Así me crié: “vos sos el sobrino nieto del más grande. Tu abuela es Norah Borges, tu abuelo es Guillermo de Torre y era amigo de Picasso. Tomá bien el nesquik que hoy quizás venga a tomar el té el Príncipe de España”.

¿Qué feedback tuvieron del entorno familiar sobre la idea de un grupo de rock que lleve el apellido de Jorge Luis?

FT: Mi familia lo obvia… o hace lo que puede. Yo soy muy hostigador con la herencia (escribí en especial dos libros manifestando esto “cómo trascender sin mamá” y “así no hablé con mi padre”). No es un grupo de rock. Es una agrupación estética que mira su propia muerte, el momento en que ya deje de existir. Yo diría que nuestra música es una excusa, porque es más bien una reunión literaria, visceral. Sí, hay música, pero lo único que le da sentido a todo es la reunión y la posibilidad de desperezar una antigua voluntad.

¿Qué tiene El conejo de la esperanza que no tengan otros conejos?

FT: Se revela como el ser intangible de la oportunidad que siempre estaríamos por atrapar. De chico y adolescente yo iba mucho a misa y comulgaba. Al conejo lo podemos tocar todos porque se acerca a la gente diciéndole “toca mi piel, ya ves te sentís mejor” y baila y grita y la gente se ríe, porque le encanta y porque está tan fatigada de símbolos religiosos como yo y entonces disfruta del divague que proponemos.

¿Cuán difícil está la escena para una banda como la de ustedes?

FT: ¿Cuál escena? Hace ya algunos años entendí que no existe ese “éxito” que me imaginaba. No es cierto. Lo único cierto es la verdad de la canción, que es una brecha intemporal, y el ego –lo hayamos alimentado o no- siempre queda afuera en ese momento. Tenemos ese poder, el poder del arte y eso nos hace fuertes todas las funciones. No nos asustan los dragones de la Televisión. Son inflables.

¿Cuáles son los planes de Los Nietos de Borges mirando a un siempre futuro incierto?

FT: Estamos por grabar un video clip de nuestro caballito de batalla “Buena Suerte”. La vamos a hacer con lo último de la tecnología que es el 360. También estamos pensando en ir a Pekín el año que viene, pero bueno, falta ver todavía si vamos como Los Nietos de Borges, o como una banda de covers de Pimpinela.