Por Marou Rivero

Enfundada en un vestido al cuerpo, con hombros marcados, escote tentador, firmado por el diseñador francés Roland Mouret, Nessa Stein asume el compromiso de que su empresa israelí trazará una línea de fibra óptica que conecte todas las universidades y hospitales de Palestina para garantizar un futuro de igualdad y paz en Medio Oriente.

Primeros planos que aportan el dramatismo que el tema requiere, una fotografía que marca muy bien da diferencia entre el bien, el mal, la luz, la oscuridad, y un guardarropas que sostiene todo el guión de manera increíble.

La piel que viste a nuestra protagonista es la resignificación del POWER DRESSING: el estilo típico de mujeres empresarias y lideres políticas que fuera furor en los 70s/80s, reconocible desde lejos por su fuerte acento masculino con una paleta con acento en el azul para demostrar autoridad y profesionalización.

Una reinterpretación que hoy suena a effortless chic o “chic sin esfuerzo”. Una estética sumamente elegante y minimalista de prendas delicadas de colores neutros que transmiten confianza pero la también vulnerabilidad del personaje que encara Maggie Gyllenhaal. Su casi uniforme de sastrería combinada con lencería como primera piel la muestran como una mujer soñadora pero no ingenua, fuerte e inspiradora.

“Nessa es una mujer increíblemente poderosa con muchas vidas y secretos” para la que Edward K. Gibbon, vestuarista de The Honourable Woman diseño un lenguaje textil simple y elegante con que expresarse.

Mujeres que ocupan nuevos lugares, por lo menos en la ficción, y que dejan en claro el poder del vestuario en la construcción de la credibilidad del personaje, y también de las personas.

Te dieron ganas de verla?

Esta en la web de la BBC y Netflix.