Por Carlos Alberto Capino

A tono con su parsimonia el holandés Tiesto invita gentil a aprovechar dos sillones cerca de un velador de pie y la calma que propone un té correctamente servido. “A town called Paradise” es su último álbum y el europeo minutos más tarde lo refrendará con una performance que terminará siendo lo mejor por demolición.

En el disco “A town called Paradise” la música propone otro protagonismo a la voz en relación a la cuidada arquitectura de sonidos creada. ¿Hay una reconsideración de los elementos?

Bueno, yo no estaba siguiendo las tendencias actuales o de moda cuando decidí hacer este disco, sin dudas es realmente el álbum más íntimo que hice en toda mi carrera, es verdad lo que estás comentando sobre los temas, me propuse hacer hincapié en lo que siempre se conoció como “canción”, las letras en este disco abundan sobre cuestiones personales, hay algo de audios que podría ligar al rock independiente, pero al mismo tiempo existe aquí en verdad una cuestión más íntima y romántica, si el término lo permite. Este es un álbum en donde no precisás un lugar específico para oírlo, podés escucharlo antes de irte a la fiesta esa noche pero también podés estar en tu casa al mediodía escuchándolo. Lo encaré con el tipo de música que me seduce personalmente en este momento y se siente realmente muy bien que los aficionados disfruten todo lo que el disco está generando.

La temática del álbum parece inspirada en un contraste muy contundente, ¿no?

Es exactamente eso, el espíritu de “A town called paradise” se remite precisamente a eso, porque apunto a destacar lo que significa en algo así como un paraíso terrenal, una justa y delicada mezcla de pasar meses viviendo por un lado en Estocolmo y otras semanas allá en Las Vegas. Vos le comentás a alguien que estás en Las Vegas y a pesar de que es un sitio que vive intensamente de noche, lo primero que asoma es la idea de “ciudad radiante”. En cuanto a Estocolmo, ninguno duda que es lo opuesto a lo que acabo de decirte. Ahora con lo que cada una significa, no puedo evitar sentirme como en un ámbito paradisíaco allí en cada lugar, uniéndolas en esa idea o concepto, hay un juego de distintos planos al mirar lo cotidiano de esas ciudades tan especiales.

El fenómeno de “Red Lights” me lleva a pensar que no hay caminos previsibles a la hora de armar canciones y mucho menos en estos sofisticados tiempos musicales.

Hay mucho de razón en ese pensamiento, sencillamente porque creo que cada canción se desarrolla de una manera muy propia y especial. Naturalmente pueden jugar o tener algún tipo de protagonismo un sonido, una voz especial, pero también hay mucho de influencias o cosas que externamente están inspirándote cuando estás creando. Sin dudas asoma algo irreversible a la hora de pensar esta forma de componer y es que no hay una fórmula para escribir una canción, no partís siempre de un mismo elemento, cada vez el inicio de esta canción puede estar provocado por innumerables cosas y hay que estar muy atento a todo lo que está pasando alrededor tuyo, por eso prefiero el silencio cuando no compongo para después sí estar permeable a las cosas que puedan afectar mi sensibilidad creativa.

Este disco desnuda esa idea dentro de un crisol de planteos muy innovadores.

Probablemente porque, contrario a lo que hablábamos recién, este es el disco más personal de toda mi obra, siento indudablemente que mi vida personal está retratada a fuego aquí en esta grabación. Los primeros tres singles me dieron esa sensación una vez que fueron difundidos en distintas partes del mundo, ha sido fantástico poder llevar a cabo temas con las colaboraciones de Mattew Koma, Michel Zitron y las chicas de Icona Pop, todos tienen esa cuota de original que aportaron a “Wasted”, “Red Lights” y “Let`s Go”, esto se percibe en cada arreglo y cada planteo, desde la ecualización hasta la mezcla final yo lo siento. Es un disco muy intenso, mucho más personal que “Kaleidoscope”, sin dudas. Aquí lo único que podía preocuparme era la circunstancia de no estar publicando independientemente y darlo a conocer con una multinacional, siempre fui escéptico con respecto a eso y algo de ruido me hacía la idea de suscribir con un sello mayor, pero en un momento me pregunté si no había llegado el momento de probar esa situación y lo más positivo ahora que todo es presente feliz es aclarar que jamás la discográfica intentó cambiar el contexto artístico y creativo del álbum, algo que valoro sustancialmente.

A fines de los ’70 los DJs “pegaban” bombos y armaban la película dance con varias técnicas de fade on-off. Hoy hay mucha tecnología operando. En base a eso ¿cuán importante es el DJ y cuánto hay de abuso en la tecnología existente ahora?

(risas) Me encantó eso de recordar cómo se sincronizaban los bombos y tambores de esas canciones bailables, era todo un tema en vivo. Ciertamente, muchas cosas han cambiado en casi todas las facetas de la creación musical y también en cómo ser DJ. La tecnología ha hecho posible para nosotros la circunstancia de poder viajar por el mundo sin discos y otros soportes, por más que uno tenga sus bibliotecas móviles, que nos permiten de una u otra manera ampliar la presentación de la música. Aun así, con mis sesiones de DJ nunca sé lo que haré al comienzo de la primera pista en mi planteo, porque el resto también está determinado por cómo reacciona la multitud con lo que hacés y el timing que hay que tener en esas situaciones. Lo tecnológico te ahorra problemas físicos, ya no llevás cajas o baúles con tantas cosas como antes y el cuerpo te lo agradece muchísimo (risas).

Hoy los DJs tienen rankings como si fueran jugadores de tenis. ¿Te interesa eso?

Absolutamente no. No les presto atención a esos rankings de DJs en absoluto. No aporta en verdad nada al hecho artístico y sólo sirven para especulaciones comerciales.

Última duda. Supongamos que tenés que hacer una fiesta en tu casa y obviamente no tenés ganas de estar detrás de los equipos trabajando. ¿A quién contratarías?

Está buena la pregunta… probablemente llamaría a Moti, a Dzeko o a Torres, está claro que ellos son artistas en mi sello con los que estoy siempre colaborando, tenemos enormes coincidencias creativas y musicales, sin dudas llegado el caso ellos sabrían armar una gran fiesta para que todos la pasemos muy bien, todos ellos saben palpar lo que sucede en una presentación, el ánimo de la gente y cómo crear buenos climas, teniéndolos a mano lo más probable es que levante el teléfono para que me den una mano en una situación así.