La joven actriz y cantante ya no es más ‘La hermana de…’ sino que pisa fuerte tanto en televisión como en teatro. Con ‘Permitidos’ tomó un rol importante también en cine, medio con el que dice que está vinculada desde chiquita. Habló con FDH, haciendo un repaso por su carrera actoral y por su vida en general.

¿Cómo te tomó la temática, el rol que encarás y ser el personaje que detona todo ese gran conflicto entre los personajes?

Me gusta ser la que detona todo eso. Me resulta interesante como se dan los vínculos en cada pareja porque cada una de ellas es un mundo y un universo diferente. Cada pareja encuentra su manera de relacionarse: “permitidos”, monogamia, puede ser una pareja abierta, entre otras. Es algo re personal, pero me parece que la sociedad tiene como una bajada de lo que culturalmente es aceptable y lo diferente está mal visto, pero no es así.

¿Cómo reaccionarías si viniese tu pareja y dijera “Pamela Anderson me da bolilla, es mi “permitido” en nuestra relación”? ¿Sería algo posible de aceptar?

Lo felicitaría y le preguntaría si yo podría formar parte… (risas), siento que el pensamiento de la sociedad al respecto cambió muchísimo. En realidad, yo nunca fui una persona que considerara la monogamia como la forma de amor real. Al contrario, me parece que la idea de la monogamia previa a formar una pareja la aniquila porque uno nunca sabe que quiere. Por ahí uno es fiel a la otra persona y termina siendo infiel a si mismo porque tiene otras pulsiones, porque tiene ganas de conocer a otra gente…no me parece que conocer a otras personas esté mal. ¡La bisexualidad me parece algo espectacular! Que el sexo de la otra persona no sea una condición excluyente para formar pareja me parece algo genial, que uno se pueda enamorar de otra persona sin importar el sexo que tenga.

“Permitidos” alude a la tecnología actual como los smartphones y las redes sociales dando las noticias en tiempo real. ¿Cómo te llevás con esa clase de fenomenología digital?

Me gusta la tecnología y la considero, por sobre todas las cosas como una herramienta. Lo mismo acontece con las redes sociales: todo en Internet es útil, uno lo puede usar como quiera. Podés quedarte como un adicto mirando fotos de Instagram ajenas o agarrar y filmar un cortometraje o una película con un celular. Entonces, la tecnología desde la base no es positiva ni negativa dependiendo del uso que uno finalmente le dé.

¿Tus padres se juraron el “amor para siempre”?

No, no exactamente. Yo vengo de otro contexto ya que mis papás se separaron cuando yo tenía 5 años y yo supe que mi padre había tenido dos parejas antes y un par de hijos con cada mujer, así que las cosas quedaron signadas por esa situación. No solo en mi caso, sino que mis hermanos jamás encontraron una mujer para toda la vida…nunca encontraron o nunca se dio. Tampoco me parece que esa sea la manera, puede darse o no, de ninguna manera se trata de algo malo.

¿Cómo es tu relación con el cine?

Desde muy chiquita estoy vinculada al cine. En realidad, mi papá siempre hizo de todo pero cuando me tuvo a mí se dedicó a producir cine, haciendo películas independientes de muy bajo presupuesto en las que siempre se quedaba debiendo mucha plata. Entonces, al cine lo tengo muy vinculado con eso. Yo lo conecto más con el fin de concretar un sueño, no tanto con la meta de llenarse de dinero como sucede…aunque en Argentina nadie se llena de plata con el cine, creo que es la excepción, pero sí es algo que sucede frecuentemente en Hollywood.

¿Qué características observás como espectadora de cine?

Me gusta mucho el cine. En mi casa veo muchas series también y me gusta ir al cine. Soy de analizar bastante, es algo que de chica me lo marcaron, está como el rictus profesional. De chica miraba “El Chavo”, mi programa preferido de pequeña y mi papá me decía “no te reíste en ningún momento”. Ahora me doy cuenta que, en realidad, estaba analizando la estructura de cada chiste o situación graciosa que ocurría en ese vecindario. Soy de ir al cine, habitualmente asisto mucho a las premieres de mis colegas, veo muchas películas argentinas. Después, soy de ir a ver al cine esas películas que si no las ves en ese contexto algo se pierde, películas como “Gravity” por ejemplo, pelis que tenés que ver en 3-D, pero a las películas “más chicas” prefiero verlas en mi casa ya que a mi pareja le molesta mucho el ruido ajeno y hay mucha gente que habla en el cine, que hace ruido. Por ende, consumo mucho cine en mi casa.

¿Cómo eran tus sueños cuando eras pequeña e imaginabas esta etapa de tu vida?

En realidad, nunca imaginaba nada ya que no tenía una meta y tampoco hoy la tengo…no es que yo diga hacia donde me dirigiré, al contrario, siempre disfruté más el recorrido que otra cosa, entonces no importa mucho adonde vayas sino que la pases bien en el camino. Me da la sensación que voy por ahí, encontrando cosas. Obviamente si hace cinco años me preguntabas qué deseaba, hubiese dicho que desearía filmar bajo las órdenes de Ariel Winograd. No es que yo fui hacia ese lado, sino que las cosas se fueron dando.

¿Qué es lo que más felicidad te genera llevar a cabo?

Las experiencias más gratificantes que tuve en esta profesión fueron en el teatro. Pero se trata de algo inevitable ya que al terminar una función o porque durante la misma tenés la respuesta del público ahí, es un laboratorio “real time”. Cuando salís del teatro cada noche la gente es muy genuina, te comunica lo que siente, se quedan esperándote cuando no están obligados a hacerlo, vienen y te saludan, están emocionados o conmocionados con lo que hiciste…no te la caretéan. Si se ríen en el momento en que yo hago un chiste, se ríen por eso, no para quedar bien. Entonces, en ese sentido, luego de una función salgo como llena de energía, pero ojo, el cine también tiene cosas muy espectaculares. Me encanta el cine y el tiempo que se le dedica a concretar algo que tiene una duración de 90 minutos o dos horas con una cámara, es algo que me encanta.