Por Natalia Alvarez

El músico multintrumentista mano derecha de Juana Molina, habló en exclusiva con FDH.
Las dificultades de ser un trabajador freelance en un país latinoamericano, un hecho que se potencia con el impacto de la pandemia. Las denuncias por abuso sexual  y violencia de género en el ámbito de la música. El impulso para dejar de ser “la mano derecha de…” y lanzar su primer disco con la participación de Jorge Drexler.

 

Odin Schwartz disimula muy bien la frivolidad de lo virtual. Con alguna que otra frase viene en combo una risa incluida y se lo ve fresco, como si los seis meses de encierro no hubieran pesado sobre él. “La parte de quedarme en casa, nunca fue un tema para mí”, confiesa. “Al revés, siempre buscaba excusas para poder hacerlo”, remata y se ríe.

En el medio de las preguntas y respuestas, se cruza su gata Paquita, menciona varias veces a Giya -su pareja y canción de su primer disco-, el celular se le queda sin batería, la charla se corta porque repentinamente los minutos son limitados y Juana lo llama de manera imprevista. Básicamente, cosas de la virtualidad y de la vida. 

 

¿Cómo fue sacar un disco en la cuarentena?

—En realidad, al disco lo saqué el mismo día que se decretó la cuarentena. Lo más loco es que no fue una decisión deliberada. Al disco lo tenía cajoneado desde el año pasado, año de elecciones, muy candente. Yo sentía que no tenía la cabeza para lanzarlo, que ni yo le iba a prestar atención (risas). Estaba muy conectado con la realidad. Y como soy bastante optimista,  pensé que el 2020 iba a ser un año re tranquilo. Pero no. Elegí la fecha del 16 de Marzo porque es el día en el que habría cumplido años mi papá, que falleció hace dos años y el disco está inspirado en él. Se llama El Iceberg Completo que es el nombre de un Blog que tenía mi papá, en el que subía sus obras plásticas.  Él mezclaba dibujos con la compu, hacía cosas hermosas que se pueden ver en www.elicebergcompleto.blogspot.com. Además, también sentía que me quemaba tener ese disco guardado y no sacarlo.

 

«El iceberg permanece casi totalmente sumergido. Una enorme masa de hielo sostiene apenas un pequeño volumen fuera del agua. El iceberg completo expone a la vista aquello que, en mis trabajos, permanece bajo el nivel de flotación. Las Moleskine a donde todo va a parar y desde donde todo se genera», Gustavo Schwartz.

 

¿Cómo fue la participación de Jorge Drexler en tu disco?

—Nos vimos varias veces y siempre hubo muy buena onda. La primera vez que lo vi fue en un Festival en España, en Madrid. A nosotros nos había ido muy mal con Juana porque casi no pudimos tocar. Tocamos dos canciones y dejó de funcionar el sonido. No pudimos volver a salir y Jorge tuvo un gesto muy lindo con Juana y en su set, que era el que cerraba, le pidió que toque un tema ella sola. Fue muy lindo y muy emotivo. Ahí nos saludamos, buena onda. Yo lo admiro muchísimo. La segunda vez que nos vimos fue en un recital en Uruguay. Él me ubicaba como el chico del reggaeton (risas), por el tema que hice con Juana. Y también me comentó que le encanta el reggaeton y que lo escucha con los hijos. Después lo vi un par de veces más, y como siempre hubo buena onda, quise invitarlo a participar de una canción. Le mandé un Whatsapp, obviamente diciéndole que sin compromiso. Él me comentó lo que acostumbra hacer: me dijo que escucha y si siente que tiene algo para aportar, aporta, y si no, no. No porque no le gusta la canción si no porque considera que no tiene nada nuevo para sumar. Después de que me dijo eso le mandé la canción, la letra, las ilustraciones de mi papá y toda la explicación.

 

 

¿Y entonces?

—No me contestó más, no me habló como por un mes (risas). Yo dije: “Ya fue, todo bien igual”. Y un Domingo me llega un audio de dos minutos de él, diciéndome que si no era demasiado tarde le gustaría participar; que justo dentro de dos días tenía una sesión en el estudio y que si estaba tiempo lo grababa. “Si Jorge, estás a tiempo”(risas). Fue muy flashero la primera vez que escuché lo que había quedado. Era la canción dedicada a mi papá cantada por él. Me explotó el corazón directamente. Encima me mandó unos comentarios muy graciosos. Me dijo que estaba muy sorprendido por la capacidad pulmonar que tengo. Claro, porque yo metí toda la estrofa sin respirar y me decía que cuando la cantaba estaba al borde de quedarse sin aire. Me preguntaba si practicaba submarinismo.

 

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¿Qué pensás de la música de hoy? ¿Creés que el rock murió?

—¡¡¡Nooo!!! Nada muere. Muta. El rock es super amplio. Wos y Trueno dicen que son el nuevo rock y para mí tienen razón. Wos es re contra rockero, en alguna de las bases. Por momentos es re contra Rage Against The Machine. Conociendo Rusia también es rock ¿o no? No me gusta mucho lo de clasificar, nunca me gustó. No siento la necesidad de decir: «esto es esto». De hecho estoy muy contento con lo que está sucediendo en estos últimos años comparándolo con lo que me pasaba en los ’90 y en los 2000, donde había una suerte de: «la cumbia es una mierda, el reggaeton es una mierda, Stone vs. Beatles». Había mucha rivalidad en la música y ahora para nada. Yo tenía amigos con los que escuchaba Nirvana, pero a la vez tocaba un tema de Sombras y me gustaba. Escuchaba La Ventanita y un poco lloraba (risas).

 

Pero te daba vergüenza decirlo…

—Absolutamente. No lo decía. Pero me parece que ya está todo bien. Si escuchás hablar a los que para mí son músicos referentes hoy como Louta, Conociendo Rusa, Simon (de Perras On The Beach), los de Usted Señalemelo, a Marilina, a Wos, todos tienen una bajada de linea de estar abiertos a la música y al arte en general. Ellos no rivalizan. Está buenísimo que pase eso, me resulta muy cómodo. Les pibes de ahora no tienen que mentir, en cuanto a qué les gusta y qué no. Yo los veo super libres. Creo que antes estaba todo mucho más reprimido. 

 

¿Cómo ves la situación de los abusos sexuales en el ámbito de la música? ¿Tuviste algún caso cercano?

—Si, es alguien que ya tuvo mucho escrache y fue un shock leer todas las denuncias, fue un bajón todo el combo de lo que eso significa. Pero lo bueno es que me afianzó el pensamiento de lo necesario que es que todo esto tenga un lugar. En cualquier nivel. Todas las denuncias son válidas. Digo esto porque charlando con colegas (mujeres y hombres), había algunos que decían: “Che, eso no es para publicarlo, eso se presta a la confusión”. Pero para mí es necesario. Es duro ver carreras emergentes que se perdieron, pero es necesario que pase. Caiga quien caiga. Sí o sí hay que pasar por esto porque es gravísimo. 

 

Hay muchas carreras que se perdieron. Carreras de años como la de El Pelado Cordera, por ejemplo. 

Lo del Pelado cordera mucha lástima no me da. Me da cosa ver otros artistas que por ahí eran emergentes y se les acabó todo. Aunque si tiene que ser así, que sea. Es mucha violencia durante muchos años y muy contenida porque no se hablaba de ésto. Si la inercia hace que el destape sea con violencia, tal vez cae gente que no amerite caer. Así y todo prefiero que pase. Me parece muy caro el precio para que dejemos de naturalizar estas cosas, pero hay que pagarlo.

 

¿Cómo estás viviendo la cuarentena?

La cuarentena me llevó a trabajar en cosas que de otras maneras no hubiese tenido el tiempo o no me hubiese animado a trabajar. Como por ejemplo, mi carrera solista, que siempre se vio relegada al ser la mano derecha de alguien: como productor, como arreglador, al lado del líder o de la cara de un proyecto. Es un lugar que me encanta, siempre me sentí cómodo y me fue bien en eso. Pero ahora en esta cuarentena, que encima justo tenía mi primer disco solista para sacar,  tuve un montón de meses para explotar mi proyecto solista. 

 

Odin Schwartz

Odin Schwartz, Juana Molina y Diego López de Arcaute. Foto de Agustín Cervai

 

¿Y la pandemia desde tu profesión?

Mi ingreso principal los últimos 6 o 7 años fueron los shows en vivo, las giras. Asique en ese sentido fue complicado. De todas maneras, Argentina nunca fue muy estable, aunque creo que en cualquier lugar de Latinoamérica pasa algo parecido. Los músicos, como argentinos que somos, hemos pasado por varias crisis y no nos sentimos tan desamparados o desesperanzados. El 95% de los músicos que conozco trabajan de manera freelance, y los trabajadores freelance siempre tenemos momentos donde se labura muy bien y otros no. El año pasado, sin ir más lejos, fue muy poco lo que trabajé porque ya estábamos en una crisis como país. Tuve muy pocos shows acá y en el exterior. Como freelancer sé que hay años donde me va mejor y otros donde no tanto. En los años en los que me fue mejor aprendí a ahorrar para después.

 

¿Estás pudiendo cobrar los streamings del ciclo Oditerapia?

Si, pero yo no lo hago con entradas, lo hago a la gorra. Cada vez que hago un streaming comento que es a la gorra y hago toda una descripción de lo que estamos viviendo les musiques hoy. Es algo que me ayudó un montón para tener una entrada de dinero por semana.

 

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¿Cómo vienen los proyectos en banda con Juana?

Nos estamos juntando a planear un futuro disco. Cuando se habilitaron las grabaciones en estudio fue un gran alivio. Ni bien se pudo nos empezamos a juntar algunas veces por semana. 

 

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