Por: Guido Scollo

Muchas cosas vienen pasando en el universo Francisca. Tras haber sacado Barbuda y RA, sus dos primeros discos, todo a pulmón, la banda terminó de consolidar su trabajo de una manera rápida y espectacular: el premio obtenido en la Bienal de Arte Joven de Buenos Aires, durante el 2015, generó que vuelvan a entrar a un estudio, esta vez para concretar Franco, su nuevo trabajo. Con la presencia estelar de Adrián Dárgelos, voz y alma de Babasónicos, como productor del álbum, la banda se despachó con un sonido distinto en tan sólo dos días de trabajo. Lollapalooza, BUE y Sónar, son tan sólo una parte del Currículum de presentaciones en vivo de Francisca y los Exploradores. Luego de este último show, en donde fueron elegidos por Javier Zuker, DJ e integrante de Poncho, para formar parte del festival, Fran Saglietti, líder de la banda, explica cómo vive este gran presente.

En el espacio que provee Movistar Fri Music, tanto en el Sónar como en otros eventos, hay una gran sensación de comunidad entre muchas bandas emergentes del movimiento. ¿Cómo se vive desde adentro?

La verdad es que está muy bueno. La mayoría de las bandas que comparten este espacio son amigos y eso hace que cada vez que nos juntemos, pasemos tiempos juntos en los camarines y aprovechemos para charlar y compartir. Además, acá el lugar está buenísimo para tocar y la técnica también. Es realmente un gran disfrute.

Francisca y los exploradores ha sido mencionada muchas veces, durante todo este año, como la revelación artística de la escena, tanto desde la prensa como desde diversos referentes de la música. ¿Cómo tomás estas declaraciones? ¿Son un halago o generan una presión distinta?

Si es así, me alegra mucho. Sin duda que suma en lo que uno siente a la hora de ver su trabajo. A veces se necesita de una dosis de seguridad que quizá el aval de tu entorno puede proveerte. Pero de todas maneras, también está bueno poder trabajar sin la necesidad de recibir esos halagos.

Alguna vez te has declarado como un artista político, más que nada desde un lugar irónico y con humor. La nueva etapa que Argentina está viviendo, ¿ayuda a crear y escribir de una manera diferente?

¡Sí! Estas cosas con comida para el escritor. Bah, de hecho, no es comida… ¡Ja! Son sólo hojas de bronca o impotencia, como uno pueda canalizarlo. Por darte un ejemplo de algo que viene de un cambio lindo e interesante que se está dando, hace poco compuse una canción que va a venir en el nuevo disco y que se llama Tan fuerte, y que es para las chicas. Siento que es un tema súper político, pero no porque hable de algún partido, sino que retrata algo que está cambiando y me parece muy interesante. No es tanto que lo direcciono hacia ellas, sino que algo de lo que hacen a mí me moviliza mucho y por eso me gusta sacarle una foto a esa acción. Es lo que me pasa a mí con ese momento en particular. Eso después termina siendo una foto política de algún movimiento social.

En tu carrera fuiste variando mucho los lugares en donde tocaste. Tras pasar por el Sónar, el Lollapalooza o el BUE, entre otros, ¿Sentís alguna diferencia cuando tocás en un gran festival como estos que cuando tocabas en algún lugar chico de Córdoba?

¡Sigo tocando en boliches chiquitos! Sinceramente me gustan mucho ambas experiencias. Tocar a las cuatro de la mañana en provincia, con la gente completamente excitada ante lo que está pasando y dejando todo como público, es una experiencia que se la recomiendo a cualquiera. Obviamente que los festivales también tienen lo suyo…

¿Cuál es el lado femenino que Francisca saca de vos?

¡Francisca, ja! Llevo un tiempito sacando discos con ese nombre… Me parece que el costado más creativo en todo sentido es bastante femenino. Siento que la sensibilidad para encontrar la poesía en cosas comunes es algo que lo relaciono con esa energía femenina y espero q siempre esté viva. Por mi parte, trato de alimentarla lo más que pueda. Hablar de esto antes estaba medio mal visto, seguro se daba por una cuestión de orgullo. Ahora el paradigma está cambiando un poco, pero sin embargo sigue habiendo mucho de la era pasada. Eso sigue estando muy latente. Espero que en perspectiva y con el tiempo, pueda verse el cambio.

En Franco, tu último disco, elegiste a Adrián Dárgelos de Babasónicos como productor del mismo. Incluso, participa en una de las canciones del álbum. ¿Cómo es trabajar con él? ¿Se siente la presión de su presencia en el estudio?

Trabajar con Adrián tiene varias caras. La del estudio es, sin duda alguna, una de mis favoritas. Es un tipo muy trabajador y se mete mucho con las letras. Es muy sensible. También es duro hacer cosas que le gusten. Pero fue una experiencia muy buena. Particularmente, me gustó mucho trabajar con él en una canción que hicimos juntos, que se llama El Destino. Eso fue lo más fuerte para mí. Hizo una letra que sentí que sumaba mucho a todo eso que yo ya tenía dando vueltas en la cabeza.

Después del premio que recibiste en la Bienal de Arte Joven de Buenos Aires, grabar Franco fue una tarea a contra reloj. Pasaste de armar RA, tu disco anterior, en casi dos años de trabajo, a terminar el nuevo en tan sólo dos días. ¿Te sirvió trabajar de esta manera o preferís procesar el disco durante más tiempo?

Antes de grabar este último disco te hubiese dicho que prefería trabajar más tranquilo y contar con un poco más de tiempo. Ahora, ya habiendo vivido la experiencia, estoy seguro de que me encantó. Terminó saliendo algo super fresco y de hecho, en adelante mí metodología de trabajo va a tener un poco de eso. No quiero masticar demasiado la obra como ya hice con otro disco.