Por: Gustavo Samuelian

Ya sea si lo usa Sean Connery en James Bond con un smocking o Sheldon Lee Cooper con un cardigan con pitucones y anteojos de marco gruesos, el moño sea tal vez, la prenda que más nos distingue a los hombres. Vivimos en una era donde el lujo y la elegancia están siendo desmitificados y revalorizados por una juventud “educadamente irreverente” que nos enseña que lo importante no es el objeto, sino el lugar donde éste se ubica. Imbuidos en igual medida por los cuatro pilares fantásticos:  la musica, la tecnologia, el arte en todas sus formas y la moda, son estos mismos chicos los que piden a gritos un refugio clasico para reinventarse.
Creo que hoy los verdaderos héroes, son los antihéroes del pasado. Dave Lizewski (Kick-Ass), Mark Zuckerberg, Howard Wolowitz y casi todos los geeks y nerds que habitan este mundo y que encuentran en nuestros dias una revancha gloriosa y merecida. El sex appeal del cabello revuelto por un pensamiento filosófico le va en saga a cualquier deporte extremo. Todos estos hipster boys están ligados a la cultura del moño. Y en todo caso, el resto de los mortales que asistimos azorados a este nuevo tiempo de súper seres humanos con poderes ininteligibles para nosotros, adaptamos nuestro estilo al suyo con la vana esperanza de contagiarnos algunos de sus dones (incluyendo por qué no, el más preciado, la juventud).
Quizá haya más de un pícaro que en el afán de conquista, utilice el moño como guiño. Despues de todo, no hay nada más irresistible para una Señorita que acercarse a un muchacho al que cree indefenso y acomodarle ese detalle tan importante de su ropa. Es más estoy casi seguro que muchas de las grandes historias de amor de la humanidad, han empezado por el choque de dedos entre la seda del tartan…o no? Quien lo sabe? Será cuestión de torcer alguno que otro de vez en cuando y probar…
En lo personal siento que el moño es una prenda que dice mucho del que la lleva puesta, es elegante, sofisticado y llama la atención, es un accesorio ideal para usar fuera de su hábitat natural. Hoy se siente más cómodo con unos jeans rotos y un saco inmaculado de lana super 140s o un chino de gabardina gastada y una camisa de vichy de algodón de dudosa calidad.  Estamos en un punto de inflexión, donde el uso del moño está más cerca de Devendra Banhart, que de Leonardo Di Caprio.

El moño de Bolivia. Nosotros incluimos moños en nuestras colecciones desde que empezamos. Los usamos con camisas y sacos de telas italianas, como asi también con camisas de jean y jeans gastados y rotos. El moño es, para mí, parte fundamental del atuendo. Tiene mucha más personalidad y actitud q la corbata. Un buen moño dice más que mil corbatas. Y calza 1000 veces mejor.