Previo a su sideshow en el Teatro Vorterix, anoche, y a horas de presentarse en el día 1 del Lollapalooza, la sueca le abrió las puertas de su camarín a fdh y explicó por qué cree que la música puede lograr un cambio en el rol de la mujer.

Por Guido Scollo

Ebba Tove Elsa Nilsson, más conocida como Tove Lo, creció en una sociedad con parámetros más modernos. Nacida en 1987 en Djursholm, Condado de Estocolmo, Suecia, desde chica sus valores acerca del feminismo y el rol de las mujeres fueron amplios, abiertos y conscientes. Y la llegada de la música a su vida se convirtió en una herramienta para promover esos valores en otras tierras. Junto a su primer álbum, Queen of the Clouds (2014), los singles “Habits (Stay High)” y “Talking Body” rápidamente la lanzaron a la fama, dándole la oportunidad de plasmar en sus letras esa mirada del mundo. “Si me amás bien / Vamos a tener sexo toda la vida”, canta en ese segundo tema, demostrando que esos temas no son algo de lo que sólo los hombres puedan hablar.

Tiempo después, y tras una operación de sus cuerdas vocales que la dejó out de los escenarios por varios meses, Lo publicó Lady Wood (2016), disco en el cual aumentaría aún más la apuesta. Desde el arte de tapa, en donde aparece provocativamente introduciendo su mano en su pubis, la tipografía del mismo, variando la “o” del nombre hacia una vagina, o sus letras, la sueca sacudió al mundo del pop una vez más. Incluso YouTube tembló ante el short film promocional de “Fairy Dust”, donde al final de sus más de 30 minutos de duración se la puede ver a ella masturbándose. Y consecuente a sus actos, esa misma personalidad punk se traslada al escenario, donde uno realmente puede ver cómo las barreras explotan ante su presencia. “Mis fans y la gente con la que conecto están contentos con esto y lo encuentran inspirador”, comenta sentada en el sillón de su camarín, rodeado de velas, mientras su risa contagiosa expone que sus convicciones no son una pose de popstar, sino que son reales.

Comenzando desde la tapa y pasando por las canciones, Lady Wood muestra un gran poder en busca de luchar por los derechos de la mujer. ¿Cuándo supiste que debías sumarte en esa lucha?

Honestamente, nunca lo pensé así. Crecí en Suecia y aunque probablemente tenemos mucho para seguir mejorando, hay más igualdad de género que en un montón de lugares que fui visitando después. Siempre fue parte de mí el ser feminista y hablar abiertamente de estos temas, no es que fue algo provocativo. Cuando empecé a viajar noté que al ser una chica del pop que canta sin problemas acerca de sexo u otras cosas como los artistas masculinos, no sabía qué tan provocada se iba a sentir la gente o si iba a ser realmente un problema. En vez de adaptarme, decidí ir con más fuerza detrás de esa idea. Para mi segundo disco, era importante mantenerme tan abierta como lo hice en el primero. Una vez que crecés más y más, la gente adapta su discurso para públicos más grandes, algo que no quería hacer. Quería mantenerme siendo yo misma y tan franca como quisiera.

¿Y cómo creés que la gente reaccionó a eso?

Ante todo, puedo decir que el público está dividido. Mis fans y la gente con la que conecto están contentos con esto y lo encuentran inspirador. Pero obviamente siempre hay gente que piensa que estoy equivocada y que no debería estar haciendo algo así, pero eso siempre va a pasar…

¿Creés que la música puede lograr un cambio en temas con este?
Creo que sí. Al menos creo que podés inspirar a la gente y hacerla pensar en cosas que generalmente no pensarían. Las personas muchas veces tienen las opiniones que les dijeron que tenían que tener. Ese es el tema con los roles de género y las reglas sociales que nos dieron como hombres y mujeres. «No es lo que una mujer debería hacer», dice la gente. Hay que levantar la voz y desafiar eso si uno quiere cambiar. Y ojalá se pueda.

¿Qué significa para vos «lady wood»?
Además de la traducción exacta que sería “dureza femenina”, se trata acerca de hacer las cosas que te dan miedo pero que a la vez te entusiasman. Por ejemplo, a mí siempre me dijeron que soy una chica con bolas, pero es como decir que necesitás bolas para ser valiente como mujer. ¡Y no las necesitamos!

¿Qué pensás cuando ves a un montón de gente que se acepta sí misma gracias a tus canciones?
Significa todo para mí. Es un sueño cuando estoy tocando, conozco a mis fans y me cuentan que tienen más confianza o se sienten mejor acerca de ellos mismos. Es inspirador que puedan hacer cosas que no hubiesen hecho en el pasado debido a mis canciones. Nunca hubiese esperado algo así.

Una vez dijiste que la idea de que un buen rol femenino no es lo que vos hacés, pero que si hace a la gente decir lo que piensa, está bien. Probablemente también tenés un impacto sobre personas machistas. ¿Cómo manejás esos momentos?
Intento no meterme en peleas con esa gente porque no están buscando un cambio. Lo único que trato de hacer es mantenerme positiva y decir lo que pienso y no preocuparme de las cosas que puedan llegar a decir al respecto. Tampoco leo comentarios agresivos de la gente, por ejemplo, porque no tiene ningún fin. Prefiero quedarme con mis opiniones y mis creencias.

Últimamente, en todo el mundo hay movimientos y marchas a favor de los derechos de las mujeres, pero a la vez, Donald Trump es presidente. ¿Cómo ves el futuro bajo estas circunstancias?
Quisiera decir que positivo gracias a ciertas cosas que pasan. El lado bueno de tener a alguien como Trump es que la gente que no solía meterse en política ahora debe ponerse firme. Creo que eso es siempre mejor que solamente vivir en la ignorancia. Es tremendo que él sea presidente pero siento que hizo cuestionarse a mucha gente de qué lado pararse y en qué creer. Y no importa cómo resulte todo, de todas formas logra un mundo más honesto.

Según vos, “Moments” es la canción que más te representa, y ahí cantás “vos decís que no pertenezco aquí”. ¿Te seguís sintiendo de esa manera?
Sí, esa canción tiene que ver con el lugar donde crecí. Vivía al rededor de paisajes hermosos y todos los que me rodeaban durante mi infancia eran felices, pero yo no era así. «Puedo imitar a esas personas pero acá no me siento en casa, me río pero no soy feliz”, pensaba. Después, mi cerebro se activo de una manera diferente cuando me encontré con la música y su gente. Me sentí viva de una manera que no me había sentido antes. Por eso estoy enamorada de estar en los estudios, tocar en festivales y salir de gira. Esos son mis lugares favoritos, porque es donde me siento completamente relajada y feliz.

Y pensar que en Suecia algunos medios de comunicación te nombran como “la chica más triste del país”…
Sí, ¡y es gracioso! Como suelo hablar de mis momentos oscuros o de tristeza, automáticamente me transformé en «ella es sólo eso». Pero todos pasamos por lo mismo, no estoy sola. Es interesante como decidieron enmarcarme de esa manera y después cuando me conocen, me dicen «¡pero estás sonriendo!”. Paso muy rápidamente entre la felicidad y la tristeza, ¿sabés? Es una montaña rusa emocional, pero me gusta porque es lo que me mantiene creativa.