Nadie tendría las agallas para olvidar dos históricas noches en la cancha de River a mediados de 1995, pero el presente del calvo líder de Génesis resulta contrapuesto con un tiempo de hallarse a sí mismo por una cuestión de mantenerse vivo, por más que muchos varias veces lo hayan dado por muerto.

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Es imposible no recordar una determinada imagen que ocurrió el último 30 de enero a la noche. Ubicada en una zona residencial de refinados restaurants, una camioneta se detiene en la puerta de uno de ellos, momento justo donde se abre la gran puerta trasera del lado derecho mientras descienden el tecladista Tony Banks y el guitarrista Mike Rutherford, el 66 por ciento del grupo Génesis. De haber imperado la lógica de las últimas postales, ahí nadie más hubiese bajado de la lujosa combi en una calma zona de Miami. Pero ocurre el golpe de gracia, cuando un bastón, bastante traqueteado el pobre, aparece antes que su dueño y nadie imagina que del lado del conductor desciende ni más ni me nos que Phil Collins, definitivamente uno de los cinco artistas claves en la historia de la música rock-pop. Semejante reunión de la gran banda inglesa en un sitio de cenas en esa locación tiene dos razones de peso: por un lado Phil acaba de mudarse a la ciudad norteamericana, tras la reconciliación con su última pareja, dejando el ermitaño encierro en Suiza para acompañar a su mujer tras un sorpresivo acuerdo para darse otra oportunidad. La segunda excusa tal vez es menos banal al asomar con firmeza como una de las maniobras que marcan que el espectacular y talentoso músico se ha decidido a regresar por el camino que jamás debió dejar. En estas horas se editaron varios álbumes de su pasado solista como “Face Value”, “Dancing into the Light”, “Hello, I must be going!”, “Both Sides” y “No Jaquet Required” que ahora suman como anexo un segundo CD con mate- rial inédito. Sin fastidio por lo que implica dar notas con motivo de este lanzamiento, del otro lado de la línea está Phillip David Charles Collins, más conocido como Phil Collins, el genial músico que marcó un antes y después en la música mundial con su debut solista en 1981.

Elegiste tu cumpleaños número 65 para reunirte con tus colegas de Génesis. ¿No sentís que algo así es abrir las puertas a una especulación sobre el regreso del grupo?

No, en absoluto, porque la gente sabe muy bien que Mike, Tony y yo actualmente estamos haciendo nuestras cosas y en ellas no aparece la posibilidad de juntarnos para un proyecto de semejante envergadura musical. Hasta hace poco estaba viviendo en Suiza y no pasaba por mi mente ni siquiera subirme a un escenario a cantar, pero ahora recompuse mi situación y hace poco realicé un show acústico aquí en Miami, coincide un poco con la reedición de estos discos que lanzó Warner, ni más ni menos que eso. Lo último que hizo Génesis fue reunirse para un documental que hizo la BBC y ahí aprovechamos todos para decirnos las cosas a la cara de una manera supongo bastante educada, supongo que ahora somos más amigos que antes de aquella jornada respondiendo esas consultas para aquel especial televisivo. Si bien se limaron asperezas, otras asomaron allí insólitamente casi reviviendo subliminales y pequeños enconos entre algunos. Estuvo bien juntarnos aun- que todos dan por descontado que no volveremos a subir a un escenario juntos, lo cual no es una tragedia. Génesis duró mucho más que otras bandas y los discos están a mano para el que quiera conocernos o reconocernos, depende de las intenciones.

Estuviste en abril de 1995 tocando dos noches en River. Es súper obvio que pedirte recuerdos de aquellas noches es abusar de tu paciencia y memoria. ¿Cómo recordás al menos ese momento de tu vida musical en paralelo a tus vivencias personales?

Bueno, lo único que recuerdo de aquellas noches fue la increíble onda del público y otra cosa que me quedó grabada, fue un chaleco de pescador que tenía puesto un joven periodista que habló conmigo en camarines la segunda noche en ese estadio. Me resultaba algo ridículo verlo con ese vestuario, pero después me co- mentó que también haría todas las fotos del show y allí estaba su equipo. Una de las cosas sorprendentes de aquella muy especial época tiene que ver con el presente, ahora que se reeditó “Both Sides”, el álbum que presentamos en Argentina en aquellos shows. Diré algo que tal vez pueda molestar a alguno, pero hay muchos jóvenes que me ven como una influencia y eso me hace sentir bien. Creo que esta podría ser la ocasión para que posiblemente puedan redescubrir de qué están hablando y ahí un álbum como “Both Sides” fue descuidado en ese momento pasó inadvertido, el disco vendió bien pero cayó entre “lo bueno y el olvido”. Siendo en verdad muy sincero, estoy orgulloso de ese disco, es mi álbum favorito. Te diré porqué: estoy muy orgulloso de estas cosas y quiero que la gente las escuche, pero la gente dice “me encanta tu música” y ahí sin ser grosero les pregunto: “¿Qué te gusta?” Seguro les gustan canciones como “One More Night”, “You Can’t Hurry Love” y “Against All Odds” y yo también advierto que está todo lo otro. Básicamente tuve muchísimo cuidado en componerlas, es lo mismo con cada artista pero la gente se pierde algo, especialmente hoy en día cuando podés comprar por Internet un tema o dos. En los viejos tiempos se creaba un álbum.

“Recuerdo que desarrollé una sordera casi súbita en uno de mis oídos, en aquel momento aunque no lo creas sentí un insólito alivio. Fue como que Dios me estaba diciendo casi en voz baja a mi lado ‘Es hora de parar’ ”

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Describís aquel momento como signado por una inocultable depresión personal.

Bueno, fue un período poco feliz, estaba haciendo la gira del disco “We can`t dance” y siendo muy sincero me reencontré con una persona que fue central durante mi juventud, mi primer amor si querés. Realmente sacudió mi matrimonio y entonces “Both Sides” fue un álbum inobjetablemente muy personal, por eso estoy yo totalmente solo haciendo todos los instrumentos que suenan, no quería que na- die se metiera. Escribí todas las canciones después de “We can’t dance” porque todo esto sucedió en la gira, algunos temas como “I’ve Forgotten Everything” los toqué una o dos veces y luego, cuando lo canté, no hubo algo premeditado, simplemente lo canté. No escribí la letra. Simplemente me senté frente al micrófono y la canté para mí, eso salió de adentro mío, estoy muy orgulloso de eso y hay muchos temas en ese disco que creo son de lo mejor que haya escrito. Tuve señales que la cosa no sería fácil cuando vinieron los directivos del sello a escuchar lo que estaba haciendo. Me acuerdo que los cité en “The Farm” (el estudio privado de Génesis) y ellos no sabían que esperar, ahí podía ver sus cabezas bajas, como diciendo “Dios, este no será un álbum afortunado”. Lo mismo me pasó cuando lo escucharon en los Estados Unidos, por eso en aquel momento supe que este trabajo iba a estar por mi cuenta.

¿Te pasó antes esa sensación de enorme angustia e incomodidad?

Cuando hice “But Seriously”, la gente me decía “Va- mos, te saliste de lo habitual, en realidad lo que nos gusta es <<Sussudio>> o <<A Groovy Kind of Love>>”, pero en aquel cierre de década les había dado este tipo de ¿Cómo decirlo? Una “cosa diferente” y años más tar- de les estaba dando esto. Muchos en ese momento fueron durísimos, me decían “¿A dónde se fue tu sentido del humor, Phil?”. Ahí pensás tranquilo y lo primero que te surge pensar es qué podés hacer, porque escribís solo lo que sentís. Está esa sensación cuando componés un álbum, que es tan importante para todos como lo es para vos, pero por supuesto no es así. Y si ahí cerrás los ojos te lo perdés y nadie realmente tiene esa obsesión de comprar todo o de escuchar todo y eso no me sorprende, por eso creo que es genial si lo compraste o si podés escuchar “Both Sides” y decir “Me lo perdí pero estoy contento con escucharlo ahora”. Volviendo a esa anterior pregunta, lo lindo del tour de ese disco fue que fuimos a lugares donde nunca habíamos tocado antes, como Argentina, pero también el lejano Oriente, aquella fue una gira genial, tuvimos un escenario increíble allí y lo disfruté mucho.

Se están cumpliendo 30 años de “Face Value”, tu debut solista. Ahora aparece con una gran canti- dad de anexos y extras. ¿Qué lectura te propone este aniversario?

Siendo el primer álbum es como que se hizo solo, originalmente no iba a hacer un álbum así, solo tenía algo de tiempo libre. En ese momento Mike (Ruther- ford) y Tony (Banks) estaban haciendo cada uno en salas distintas sus discos solistas, recuerdo que yo tenía un pequeño estudio en casa y empecé a payasear. Me sentía contento si lograba que los vúmetros del tablero se movieran, estaba componiendo algunas cosas buenas y las grababa, en un momento dije “¡Ya está!”. Me acuerdo que vino a casa un famoso direc- tivo de Atlantic Records, escuchó el cassette y se lo toqué, ahí se le voló la cabeza, yo necesitaba confian- za. Me acuerdo que me dijo “esto es un gran álbum”. Pero el tiempo pasó y muchas veces me dijeron “tenés que hacer un álbum como ese” (por “Face Value”). Y les dije muy honesto que no podía hacer eso de nuevo, me había llevado cierto tiempo lograr aquello, allá a mediados de 1981 escuchaba cosas como Weather Report, Stephen Bishop, Neil Young y Beatle. Entonces parecía lógico poner todo eso junto en un disco. Nunca pensé “¿Es algo inteligente o es peligroso?”. Es mi disco. Pero lo que me resultaba en aquel entonces no me resultaría hoy. Es bueno. Nunca lo escucho así que me lo debo acordar, la gente muy constantemente solía decirme que yo era bueno, pero no tenía muchas expectativas de serlo. Recuerdo que estaba en la BBC en la época que salió “In the air tonight ”, Dave Lee Travis estaba junto a mí, él estaba en el puesto 36 y me dijo “la tuya va a estar entre los top 3 la semana que viene”. Yo le dije que no, pero él insistió y tenía razón. Me sentí muy afortunado, realmente no me lo esperaba.

¿Sentís en este momento de tu vida que las cosas se han puesto mejor después de vivir un tiempo de mucho dolor físico y psíquico?

Recuerdo que desarrollé una sordera casi súbita en uno de mis oídos debido a una gran infección viral, en aquel momento aunque no lo creas, sentí un in- sólito alivio, como si mi cuerpo hubiese aceptado ser esclavo de esa cosa. Fue como que Dios me estaba diciendo casi en voz baja a mi lado “es hora de parar”. Hasta me acuerdo que anuncié oficialmente mi retiro de la música, de alguna forma quería correrme del camino, ya había tenido en verdad suficiente. Las críticas de algunos músicos de aquel tiempo en verdad me dolieron. Más tarde llegó la pesadilla del alcohol, nunca había sido un bebedor serio y de golpe tuve un montón de tiempo en mis manos. Ahí fue donde tomé conciencia que debía volver a la música para hacer lo que yo sabía, en aquella situación sentí que le había dedicado toda una vida y no estaba bien permanecer afuera. Yo soy muy conocido por lo hecho duran- te mucho tiempo, pero en realidad soy una persona bastante sencilla, me bastará con tratar de hacer las cosas bien y no darme mucha manija como antes.